Scherezade, un aliento nuevo y mágico en el teatro local
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Schérezade, interpretada por Naslha Bogaert, da oportunidad para la mejor actuación de esta joven francomacorisana, que a partir de ahora establece unas respetables cartas credenciales en la escena nacional. El Nacional/ Casimiro de la Cruz.
Por José Rafael SosaNashla Bogaert demuestra que es una consistente figura de la multiactuación, como actriz, bailarina, narradora y eje de una historia de ensueños.
El Teatro del Glamour es un término nuevo en nuestro medio artístico.
Alay Bay, llegado desde Francia donde se especializó desde muy joven en las diferentes dimensiones del arte a la escena (música, actuación, danza, efectos especiales, ambientación, vestuario), es el responsable del criterio.
Cuando llegó a República Dominicana con sus ideas no todo el mundo creyó en su visión y sus proyectos. Pero Bay tenía sus metas muy claras.
Sólo le hacía falta un aspecto: mostrar que era posible lograr un tipo de espectáculo teatral que embrujara la gente,que cautivara el espectador, que sacara el máximo del talento local, que creyera en el milagro del hecho artístico consagrado en las tablas.
Con Scherezade lo logra y supera esas metas.
El tipo es un trabajador que sabe poco de descansos y tras el aspecto de príncipe inglés tocado de lino y un estilo de vida de la alta sociedad, lo que hay es un fajador que irá llamando la atención de más en más.
Schérezade es un montaje teatral-musical-plástico sencillamente fuera de toda referencia.
Desde la banda sonora, reproducida con una nitidez pocas veces alcanzada, la desquiciante y rítmica coreografía de Karol Marenco; las actuaciones y el histrionismo; la caracterización misma que resulta de un balance entre veteranos del teatro como Mario Lebrón (nominado como mejor actor por los Premios Casandra) y gente más nueva como la muy efectiva Angélica Ureña (hilo conductor), quien hace de Dinarzade, la hermana; la sorprendente Naslha Bogaert (algunos directores de cine fueron a verla anónimamente anoche al correrse la voz de su actuación excelente); Raymond Jáquez (El Sultán Schanriar) - alto, efectivo, pautado hasta el Eunuco, un rostro cómico nuevo: Juan Francisco López (Gozoso).
En conclusión: Scherezade nos iluminó con la fuerza de su buen arte, cuidado, preciso, justo, embrujante.
Un montaje que nadie debe perder
Apenas comenzando el segundo mes del año, el director, productor y escritor de este montaje de ensueños, el francés radicado en el país, Alan Bay - llegado en 2006 con la intención de presentar propuestas de la espectacularidad teatral del más alto nivel- logra su objetivo.
Desde que se llega a la sala Manuel Rueda, se experimenta el envolvimiento del espectador en una atmósfera que traslada al público a los episodios de "Las mil y una noches".
Incienso, bailarinas a lo largo del trayecto, música del medioriente, todo va condicionando a la gente a disfrutar uno de los más hermosos expectáculos de este año.
La responsabilidad es colectiva: Alan Bay (guión, dirección y producción); Karol Marenco (la coreografía excepcional y rítmica); el equipo formado por Diana Monegro, Teófilo Terrero, Jennifer Peña, Pedro Monegro, Nancy Vizcaíno, el vestuario de época y cuidado en detalles de Yudelka Camilo Brens y el maquillaje de Aleja Flores.
Scherezade vuelve a montarse este fin de semana en la Sala Manuel Rueda de la Plaza del Conservatorio. Nada debería impedirle darse ese lujo artístico. Ver articulo