Monday, December 18, 2006




Juegos peligrosos: el deseo de ver caer las estrellas


En el 60% de los casos las lesiones son en menores

Santo Domingo. A pesar de las advertencias y restricciones de las autoridades, muchos padres les compran a sus hijos fuegos artificiales que consideran inofensivos.

Pero lo cierto es que cualquiera de estos artefactos puede ocasionar un daño letal y ni la supervisión de un adulto garantiza que el pequeño no sufra un accidente.


El doctor Carlos de los Santos, director de la Unidad de Quemados Pearl F. Ort, del Hospital Luis Eduardo Aybar, está claro en eso. "Hay una falta de consciencia individual", asegura el especialista.


Pone como ejemplo que un padre sería incapaz de entregarle a un niño una caja de fósforos para que juegue, porque lo considera peligroso, y sin embargo le compra sin ningún reparo "velas romanas, cohetes y volcanes".


En el caso de la "pata de gallina", considerada durante años como uno de los fuegos artificiales más inofensivos y además, uno de los preferidos de los niños, se trata del causante de las quemaduras más graves, asegura De los Santos.


"El juego es lo que lo hace peligroso. Por ejemplo, las chispitas de este artefacto le saltan a la ropa del pequeño y cuando se vienen a dar cuenta ya es tarde, o el infante, jugando, le lanza la pata de gallina a otro amiguito y ahí ocurre la tragedia", explica.


Otro artefacto causante de graves quemaduras son las "velas romanas". "Es increíble la cantidad de personas que se queman el pecho cuando la vela romana lanza el tiro por la culata", dice de los Santos.


Pero no sólo son quemaduras. También ocurren lesiones graves en los ojos con éste y otros artefactos. De hecho, las piedrecitas de los garbanzos son las principales culpables de lesiones oculares en Navidad.


Faroche Melguen, oftalmólogo y especialista en microcirugía láser del centro Médico UCE, dice que cada año son comunes las emergencias por quemaduras de párpados y en el área de los ojos. Melguen incluso ha atendido casos en los que el paciente pierde uno de los ojos debido a la quemadura tan intensa. Las edades de los lesionados oscilan entre cuatro y diez años y los aparatos que ocasionan el accidente son las "velas romanas y volcanes".


Otras quemaduras habituales en los infantes son en las manos, brazos y tórax. "Son lesiones permanentes, proclives a producir muertes y secuelas psicológicas y emocionales en la familia y en el individuo. ¿Te imaginas el daño emocional de un niño que perdió una mano a causa de unos de estos artefactos?", comenta el director de la Unidad de Quemados. A esto hay que sumarle que el proceso de recuperación en la mayoría de los casos es largo y costoso.


Más que una diversión, los fuegos artificiales son juegos peligrosos que cada año llenan de luto y dolor hogares dominicanos. La única alternativa segura es llevar a los niños a un espectáculo donde profesionales se encargarán de manipular los artefactos pirotécnicos. Ver Articulo

1 comment:

Baakanit said...

Una vez vi a un amigo que le explotó uno en la mano, después de eso jamás le puse la mano a uno.